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jueves, 5 de diciembre de 2013

Seguiremos celebrando!

1 Corintios 6:9-11

Hemos sido santificados, lavados por la sangre preciosa de nuestro Señor, quien murió en la cruz por nosotros, así que merece que los sigamos y lo sirvamos. Si lo hacemos por dinero y por alguien que nos trata mal, ¿cómo no lo haremos por quien nos ha dado la herencia más grande, la posibilidad de la salvación y la vida eterna? Jesús nos ha justificado con Su sacrificio de amor. ¡No nos cansemos de adorarlo y darle gracias! Por eso estamos aquí hoy, porque hubo fiesta en el cielo cuando dejamos a un lado el pecado y le entregamos nuestra vida al Señor, cuando arrepentidos, como el hijo pródigo, volvimos a casa de nuestro Padre Celestial, y ahora ¡seguiremos celebrando!

Pastor Cash Luna

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lunes, 2 de diciembre de 2013

Fortaleciendo nuestro interior.

Para fortalecer tu interior, espera en Dios y limpia tu corazón (Salmo 51:10). Nuestro corazón se renueva y fortalece con la fe. Ser cristiano no te aleja de lo externo, pero garantiza que no te afecte. Los diamantes más valiosos son los que tienen menos impurezas. Son clasificados por su peso, color, corte y claridad. A mayor transparencia y menor cantidad de rastros de carbón, más valor. Solo quienes se mantienen en santidad son utilizados por Dios. La presión de hoy, lo que te atribula es la oportunidad para formar algo precioso. Dios lo hará si lo crees.
-Pastor Cash Luna-

miércoles, 23 de octubre de 2013

San Lucas 12,39-48.


Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora va llegar el ladrón, no dejaría perforar las paredes de su casa.
Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre llegará a la hora menos pensada".
Pedro preguntó entonces: "Señor, ¿esta parábola la dices para nosotros o para todos?".
El Señor le dijo: "¿Cuál es el administrador fiel y previsor, a quien el Señor pondrá al frente de su personal para distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno?
¡Feliz aquel a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo!
Les aseguro que lo hará administrador de todos sus bienes.
Pero si este servidor piensa: 'Mi señor tardará en llegar', y se dedica a golpear a los servidores y a las sirvientas, y se pone a comer, a beber y a emborracharse, su señor llegará el día y la hora menos pensada, lo castigará y le hará correr la misma suerte que los infieles.
El servidor que, conociendo la voluntad de su señor, no tuvo las cosas preparadas y no obró conforme a lo que él había dispuesto, recibirá un castigo severo.
Pero aquel que sin saberlo, se hizo también culpable, será castigado menos severamente. Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más.

lunes, 21 de octubre de 2013

Regocijaos en el Señor siempre

Filipenses 4:4-6 nos anima: Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos! Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Repite una y mil veces lo que el Señor te dice: no te afanes. Recuerda que si estás tenso no demuestras tu gentileza y con esa actitud no hallarás respuestas. Ora buscando en Dios la solución de a los problemas y sé agradecido confiando que Él te dará la respuesta.

jueves, 17 de octubre de 2013

Tu puedes cambiar tu futuro!!!!

¿Has pensado en tu futuro?
Si eres como la mayoría de las personas en el mundo, lo que viene en el futuro puede ser un tema de gran preocupación. Muchas preguntas pueden llenar la mente, como, ¿qué haré?, ¿dónde viviré?, ¿con quién me casaré?, ¿tendré un buen trabajo?, ¿mis niños saldrán bien?, ¿caerán en las drogas?, ¿me enfermaré?, y muchas más. Hay muchos que ya no quieren pensar más en el futuro porque el presente es tan amargo. La vida no ha resultado como la querían y piensan que realmente no hay futuro para ellos. Vivan vidas derrotadas y tristes, una existencia pobre en todos los sentidos.
¿De qué consiste el futuro?
El futuro de cada uno de nosotros consiste de cuatro elementos, tres de los cuales podemos determinar de ante mano. El futuro es nada más que los pensamientos todavía no pensados, las palabras todavía no habladas, las acciones todavía no hechas y las circunstancias todavía no conocidas. Solamente son las circunstancias que muchas veces no podemos controlar directamente. Pero vamos a ver que es aún posible evitar muchas de las circunstancias negativas de la vida si administramos bien los otros tres elementos.
Leamos de dos hombres mencionados por Jesús:
“Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante. Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa” (Lucas 6:47-49)
Dos hombres, dos vidas, dos futuros. Cada uno estaba construyendo su vida, y entonces, su futuro. Cada uno tenía la libertad para escoger sus pensamientos, sus palabras y sus acciones. Cada uno dejó construida una casa, que podía representar la vida, el matrimonio, o la familia. Al ver las dos casas, tal vez hubiera sido difícil saber que existía una diferencia entre ellas. Pero cuando les tocó las circunstancias negativas de la inundación, los dos hombres salieron con dos futuros distintos. Ambos hombres habían escuchado las enseñanzas de Jesús. Ambos tenían la libertad para considerar lo que habían escuchado. Ambos estaban planificado su futuro a través de sus pensamientos, palabras y acciones.
Me imagino que ya puedas ver la diferencia entre los dos. Uno de ellos eligió ser un hacedor de la Palabra de Dios. Decidió pensar en la Palabra, hablar de acuerdo con la Palabra y actuar conforme a la Palabra. Su vida quedó construida sobre un cimiento profundo y resistente. Aún cuando le tocó un problema que tenía el potencial para destruir su vida, él salió intacto, su futuro seguro. El futuro del otro también fue decidido antes de la llegada de la circunstancia negativa. Tal vez asistía la misma iglesia y escuchaba la misma enseñanza como el vecino. Pero no lo hizo caso, y en su momento de necesidad él quedó incapaz de superar el problema. No fue la inundación que le destruyó, sino la falta de un cimiento. Y no son las circunstancias de la vida que te destruyen mi hermano y hermana, es la falta de entrega a la Palabra del Señor. ¿Cómo se ve el futuro tuyo?
Leamos un poco más del mismo pasaje Bíblico:
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca” (Lucas 6:45).
En cada corazón existe un tesoro. Lo que hay en este tesoro puede ser bueno o malo. Proverbios 4:23 nos dice, “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.” ¿Por qué es tan importante el corazón? Porque el corazón representa el espíritu del hombre, la fuente de su vida. “Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias” (Mateo 15:19). En otras palabras, es del corazón que sale tu futuro. Los pensamientos, las palabras y las acciones que corresponden residen en tu corazón. O es un buen tesoro o es malo. Si es bueno, sacarás lo bueno y tu futuro será seguro. A pesar de las circunstancias inesperadas, el cimiento de tu vida está firme. Has metido la Palabra de Dios en tu corazón y eres un hacedor de la Palabra. Estás administrando tu vida y la vida de tu familia a través de la sabiduría y la revelación que se encuentra en la Biblia. Has transformado tu futuro.
No importa como se encuentra el presente, el futuro puede ser mejor. Decide poner la Palabra de Dios y sus promesas en primer lugar en tu vida. Llena tu corazón, tu mente y tu boca con las verdades que Dios nos ha revelado en el Nuevo Pacto. Sé un hacedor de la Palabra y no un oidor olvidadizo. Transforma tu futuro. La decisión es tuya.
Barry Benneth
http://barrybennett.org/contenido/articulos-de-ensenanza/tu-puedes-transformar-tu-futuro

sábado, 5 de octubre de 2013

San Lucas 6,37-42.

San Lucas 6,37-42.

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados.
Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes".
Les hizo también esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?
El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro.
¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hermano!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.

San Lucas 10,1-12.


Después de esto, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa, digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'.
Pero en todas las ciudades donde entren y no los reciban, salgan a las plazas y digan:
'¡Hasta el polvo de esta ciudad que se ha adherido a nuestros pies, lo sacudimos sobre ustedes! Sepan, sin embargo, que el Reino de Dios está cerca'.
Les aseguro que en aquel Día, Sodoma será tratada menos rigurosamente que esa ciudad.

Oración de novios


Somos novios, Señor y nos queremos mucho. Hace un tiempo nos encontramos y nos reconocimos, como si siempre nos hubiéramos buscado. Que experiencia maravillosa, para cada uno, sentirse elegido, preferido sin saber del todo por qué.
Sentimos tu presencia, Señor, y te damos gracias por haber hecho posible este amor. Queremos no olvidarte para que seamos abiertos y sinceros, para que busquemos el bien y la alegría del otro con comprensión, para que nos esforcemos en cambiar y dar lo mejor de sí mismos, para que el deseo y la pasión no ahoguen el amor, para que juntos forjemos un ideal-vocación para la vida y nos unamos para alcanzarlo.
Un día Señor, pensamos en sellar para siempre nuestro amor con el matrimonio. Que nuestro noviazgo sea un campo de maduración y seamos conscientes del compromiso mutuo que asumiremos. Amén.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Dios permitio que te equivocaras!!!

DIOS PERMITIÓ QUE TE EQUIVOCARAS
Tu historia personal, desde su COMIENZO al PRESENTE; y del PRESENTE hacia su FINAL, no ha estado ni estara a la deriva, aunque por momentos tu asi lo hayas sentido…
A lo largo de tu caminar por esta vida, Dios ha estado pendiente de todos tus pasos… Es cierto que hubo momentos que diste pasos tan errados, que tuviste que enfrentar consecuencias de tristeza, dolor y frustración. Pero eso no indica que Dios estaba desentendido de ellos.
Dios sabia perfectamente lo que decidias y la accion que eso conllevaba de tu parte; pero te dejo actuar aun en aquellas decisiones que no eran las correctas. Dios permitio que te equivocaras, para que te dieses cuenta de lo importante que es tomarle en cuenta a El en cada paso que des, por muy pequeño e insignificante que parezca…
Dios ha mostrado en su Palabra, cuales son las PAUTAS claras y precisas que hemos de tomar en cuenta en nuestras decisiones por la vida.
Las decisiones no se toman por lo que TU PIENSAS que asi es; no se toman por los SENTIMIENTOS que dominan tu corazon; ni tampoco por los DESEOS que tienes. Las verdaderas decisiones se toman teniendo como UNICA BASE las pautas doctrinales, éticas y morales que nuestro Señor Jesucristo ha dejado establecidas en forma clara en su Palabra… Si tomas otra BASE, vas por mal camino.
Ahhh!!! Si yo en el pasado hubiese decidido y actuado conforme a esas pautas, cuantos dolores me habria evitado; pero lo importante es que un dia llegue a comprender que para tener el RESPALDO DE DIOS en todo lo que emprendiera, debia de tomar en cuenta NO solamente mis puntos de vista… Sino los de EL.
Asi que no te olvides de tomar en cuenta a Dios en todos tus proyectos para que todo te salga bien; es mas, el en su soberania sabia y perfecta es quien TE HA SACADO de donde estabas, para traerte alli donde justamente estas hoy, pero tambien para CONDUCIRTE EN SU VOLUNTAD hacia donde el lo tiene preparado hasta cuando llegue el momento de tu paso final por este mundo…
Si Dios permitio que te equivocaras, fue para ENSEÑARTE que eres libre; pero esa libertad te trae CONSECUENCIAS de mal o bien; de mal si vives en POSICION CONTRARIA al punto de vista de Dios; pero de bien si vives de acuerdo los lineamientos que el ha dejado establecidos en su Palabra…
Recuerdalo: Pese a tus errores pasados, Dios te ha traido a este punto tal, para que aprendas a caminar de su mano y EN SU VOLUNTAD a traves de los aridos, espinosos y engañosos caminos del mundo…
“Y EN EL DESIERTO HAS VISTO QUE EL SEÑOR TU DIOS, TE HA TRAIDO, COMO TRAE EL HOMBRE A SU HIJO, POR TODO EL CAMINO QUE HABEIS ANDADO, HASTA LLEGAR A ESTE LUGAR” Deuteronomio 1:31

martes, 10 de septiembre de 2013

Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen (Lucas: 23,34)

Podemos decir que todo el plan de nuestra salvación radica en la misericordia de Dios. El secreto de tal maravilla, en la cual desean mirar los ángeles, se basa en la soberana misericordia de Dios. "De tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito...." (Juan 3:16). 
 El corazón de Cristo estuvo lleno de misericordia, de compasión, a través de todo su ministerio público. Se compadecía de los enfermos y los sanaba, de las gentes hambrientas y les daba de comer, de los inocentes niños que estaban por entrar en los azares y vicisitudes de la vida, y los bendecía. Estos rasgos de compasión son comprensibles hacia tales personas, pero lo extraordinario, lo inverosímil, desde el punto de vista humano es compadecerse de los enemigos, de los que nos hieren, de los que nos afrentan; sin embargo, hasta este punto llega el amor de Jesucristo, hasta amar y bendecir a los que eran material y moralmente culpables de los terribles dolores que en aquellos momentos le afligían.
Séneca nos dice que los crucificados maldecían el día en que nacieron, a los verdugos, a sus madres, a todo y a todos, incluso terminaban escupiendo a los que les miraban. Cicerón nos cuenta que a veces era necesario cortar las lenguas a los que iban a ser crucificados para impedir que blasfemaran de una manera terrible en contra de los dioses. Es seguro que los verdugos de Cristo esperaban oír voces y maldiciones de aquel que por las órdenes recibidas de poner su cruz en medio, consideraban, sin duda, como un jefe de malhechores; los fariseos y escribas, que conocían mejor al Maestro de Galilea, esperaban oír por lo menos quejidos de dolor, pero ¡cuan sorprendente fue lo que oyeron! De los labios de Cristo salió no un grito, sino una plegaria, una dulce y suave oración de perdón. El verbo griego no está en pasado, sino en gerundio; legein no es "dijo", sino "iba diciendo". Lo que nos hace suponer que esta admirable frase fue repetida varias veces, durante el cruel proceso, cuando los clavos en¬traban en la carne, cuando la cruz fue levantada y el dolor se hacía más agudo. Jesús iba repitiendo la plegaria de perdón.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La oveja perdida (Lucas 15:3-7)

Jesús también contó el relato de un hombre que tenía cien ovejas. Cuando fue a ver si todas estaban allí, el hombre se dio cuenta que faltaba una. Entonces, dejó a las noventa y nueve en el desierto, y salió en busca de la que había desaparecido.
Cuando la encontró la puso sobre los hombros, como hacían los pastores, y regresó feliz a la casa.
Una vez que llegó, llamó a los amigos y vecinos e hizo una fiesta para conmemorar. Jesús quería enseñar que todo el Cielo se pone feliz cuando alguien que se alejó de Dios, vuelve a él.

Reflexión:
Esta parábola, nos deja una gran enseñanza del gran amor que Jesús nos tiene. Como verdaderos hijos, debemos estar felices y orgullosos de tener un padre quién a través de su palabra nos acerca a él y cuida de cada uno de nosotros.  Jesús ama a nosotros sus hijos por eso murió en la cruz por nuestros pecados, nosotros somos la oveja perdida que muchas veces se desvía del camino del bien por senderos oscuros que nos llevan a la soledad y sufrimiento, Jesús enviado de Dios está para cuidarnos, guiarnos y perdonarnos, y cuando ello sucede y nos arrepentimos de corazón de nuestros pecados, hay alegría y paz en el Cielo por nuestra vida.


Corazón humilde hacia los pobres

San Lucas 14,1.7-1

Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.
Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
"Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú,
y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: 'Déjale el sitio', y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: 'Amigo, acércate más', y así quedarás bien delante de todos los invitados.
Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado".
Después dijo al que lo había invitado: "Cuando des un almuerzo o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos, no sea que ellos te inviten a su vez, y así tengas tu recompensa.
Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los paralíticos, a los ciegos.


¡Feliz de ti, porque ellos no tienen cómo retribuirte, y así tendrás tu recompensa en la resurrección de los justos!".

miércoles, 28 de agosto de 2013

El Hijo Prodigo

La parábola del hijo pródigo, o el hijo perdido, es una de las parábolas mas conocida de Jesús. La puedes encontrar en el evangelio de Lucas 15:11-32.
La parábola del hijo pródigo dice así:
Un hombre tenía dos hijos. El más joven de ellos vino a su padre y le dijo que quería su herencia para disfrutar antes de que su padre muriera. El padre estuvo de acuerdo y dividió sus riquezas entre los dos hijos. El hijo menor tomo su mitad y se fue de la casa. Pronto gasto todos sus bienes en una vida desenfrenada. Se vio sin nada así que el joven buscó trabajo cuidando cerdos en un campo. Tenía tanta hambre que deseo comer de la comida que les daban a los cerdos. Fue en ese punto, uno bastante bajo para el, que pensó: "En la casa de mi padre, aun los sirvientes tienen que comer. ¡Aquí estoy yo sucio y envuelto con los cerdos!" En ese instante decidió regresar a su casa con la esperanza de que su padre no lo negara y lo aceptara por lo menos como un sirviente.
Cuando el joven estaba cerca de su casa, su padre lo vio de lejos y corrió hacia él y lo abrazo. Avergonzado, el hijo dijo "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Perdóname. No merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre, tan contento de que su hijo regreso, mando a que sus siervos vistieran a su hijo con la mejor ropa, las mejores joyas y le tiraran un gran banquete. Cuando el hijo mayor escucho los ruidos de la fiesta, fue a donde su padre y se quejo. Le dijo "Padre, yo he sido fiel a ti, nunca te he fallado y en cambio nunca me has dado ni un cabrito para yo festejar con mis amigos." El padre, simpatizando con su hijo mayor y al mismo tiempo con el corazón lleno de gozo por el menor, dijo: "Hijo, todo lo mio es tuyo pero hoy celebramos porque tu hermano estaba muerto pero hoy vive, estaba perdido pero ya lo hemos encontrado."
¿Porque usó Jesús esta parábola?
El primer verso del capitulo 15 de Lucas, donde encontramos esta parábola y otras mas cortas pero con el mismo mensaje, dice que pecadores notorios iban con frecuencia a escuchar a Jesús. Los fariseos veían eso y acusaban a Jesús de asociarse con gente que tenían fama de ser malos. Jesús no respondió a sus críticos con sarcasmo, ni entro en discusión con ellos. Simplemente Jesús usó esta parábola para ilustrar el amor de Dios hacia el pecador y el gozo que siente cuando regresamos a él.
Lecciones de esta parábola
Algunos de nosotros somos como el hijo menor: Cuando el hijo menor pidió su herencia al padre era una forma de decirle al padre que no respetaba su autoridad y que lo preferiría muerto para así gozar de la vida a su manera. Dios nos ofrece una vida abundante en el, pero rechazamos su oferta y su amor para vivir de acuerdo a nuestras propias reglas.
A veces la vida que llevamos tiene todo que ver con los intereses propios y nada que ver con el plan de Dios para nosotros. Nos hundimos tanto en pecado que no estamos consientes del daño que nos estamos haciendo. Algunos tienen que caer al punto mas bajo para chocar con la realidad, tal como cuando el hijo menor se encontró en medio de los cerdos.
Otros somos como el hijo mayor: Aun siendo fieles a Dios y a nuestras iglesias, muchos creyentes cometemos la falta de juzgar a personas que consideramos malas o personas bajas. A veces cerramos las puertas de la iglesia a ciertas personas porque no queremos asociarnos con ellas. Debemos de admitir que a veces nuestra actitud hacia el pobre, el marginado, el pecador, etc., es contraria a la actitud de Dios hacia ellos. Miramos a otros y los criticamos por su pasado. El hijo mayor hiso esto con su hermano. El cristiano debe de estar siempre alegre cuando una persona, sea quien sea y tenga el pasado que tenga, regrese a los pies de Jesús.
La actitud de Dios hacia el pecador: Jesús dijo esta parábola después de haber compartido las parábolas de la oveja perdida y de la moneda perdida. En cada historia Jesús nos da a entender que Dios es quien nos busca a nosotros. Cuando nos perdemos, es Dios quien hace todo lo posible para encontrarnos. Eso, en fin, es el cristianismo. Cuando regresamos a él, dice Lucas 15:10, que hasta los ángeles se gozan con gran jubilo.
Nunca entenderemos el gran amor de Dios hacia nosotros. De acuerdo a esta parábola, Jesús nos dice que siempre habrá un lugar en el corazón de Dios para los que deciden regresar a él y ser perdonados de sus pecados.

martes, 27 de agosto de 2013

LO PRIMERO ES EL AMOR

A uno le regalaron un ordenaron potentísimo, el último modelo; pero tenía una clave de acceso y no la sabía. Acabó aburriéndose del ordenador, que era muy bueno, pero a él no le servía para nada: lo único que hacía era ocupar sitio en su cuarto.
En tu vida de cristiano también hay una palabra clave: Amor a Dios. Esa palabra es la clave de acceso a un mundo maravilloso. Es, además, el primer mandamiento. Sin eso el cristiano se convierte en algo difícil o imposible, que me quita tiempo para cosas más útiles y más divertidas.
Hay un juego de cartas que no es muy conocido, y que tiene entre otras una regla muy original: si dices la palabra dos veces has perdido, aunque tengas cartas muy buenas.
Si como, cristiano, haces muchas cosas, pero no las haces por amor a Dios y a los demás, has perdido...
Cuando en una ocasión se le acercó a Jesús una persona experta en temas religiosos-un doctor de la ley judía-y le preguntó al Señor cuál era el primer mandamiento de la ley, Jesús le contestó sin dudarlo: Amarás al Señor Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente (San Mateo 22,37)
Quizá te desconcierte un poco este pasaje del evangelio: ¿cómo es posible que un doctor de la ley no sepa el primer mandamiento dado por Dios en el Sinaí a Moisés? La respuesta es que los judíos se habían liado un poco con miles de preceptos y un montón de opiniones según las diferentes escuelas que interpretaban y enseñaban la ley de Dios. Unos decían que lo más importante era guardar el sábado, otros que la circuncisión, otros que las ofrendas en el templo...Por eso este doctor de la ley que debía ser buena persona ante la respuesta del Señor se queda lleno de alegría y le felicita a Jesucristo por lo claro de su respuesta.

Algo parecido te puede ocurrir a ti. Antes que amar al Señor pones delante muchas cosas. No es lo primero en tu vida, y debe serlo. Sin amar al Señor qué difícil es ser buen cristiano!

Y ahora sigue tú hablando con tu Padre Dios. Esta es la parte más importante: cuéntale y escúchale.

lunes, 26 de agosto de 2013

Levántate! Porque Dios está contigo

No tengas miedo, no te dejes vencer, mírate… Estas de pie.
Por más difícil que ha sido el camino, es más grande Dios.
Levántate, porque Dios está contigo…


LA HOJA SECA

Hoy te voy a contar un cuento para que lo apliques en tu vida de cristiano. Se trata de una hoja de un árbol que vivía feliz y crecía unida al árbol que le había dado la vida.
Hasta que oyó como un día un viento fuerte, muy fuerte le susurraba que se soltase, que fuese con el: ¨siempre ves el mismo suelo y el mismo cielo, ¿no estás cansada de lo mismo?, vente conmigo y verás cosas que nunca imaginaste¨. La hoja decía que no, que unida a su rama estaba segura y contenta. Pero tanto insistió el viento que al final de desprendió de la rama y se fue con el viento. Y comenzó un viaje alucinante. Vio cosas increíbles: árboles, plantas, ríos, lagos... Que bien ser libre, que bien estoy pasando! se decía la hoja. Hasta que el viento la fue dejando y empezó a caer.
Conforme iba cayendo vio en el suelo un montón de hojas como ella, pero muertas. Y supo el fin que le esperaba por haberse separado del árbol que le dio la vida.
A veces te puede parecer que vivir con Dios es poco rollo; pero no es verdad.
Vivir con Dios es vivir de verdad y cuando nos separamos de El acabamos muriendo con una vida vacía y nos pudrimos, como la hoja. Estar unidos a Dios nos da fortaleza y seguridad. Separarnos de Él es volar sin rumbo, y poco a poco a perder la vida y morir.

Oración:

Padre quiero estar contigo porque Tú eres como un árbol para mí, y yo soy tu hoja.
No quiero tener la libertad  de ir a la muerte, sino la libertad  de estar contigo y amarte.


lunes, 19 de agosto de 2013

LO QUE MUCHO VALE, MUCHO CUESTA

¿Sabías que Arantxa Sánchez Vicario, cuando empezó a jugar al tenis, no sabía sacar del revés, y que tampoco le entraba caso ningún saque? Y ahora.. ¿has visto cómo juega?

Hay que contar las dificultades. Hay que pelear. Los que están en el cielo eran como tú. Tenían tus mismas dificultades, estaban sujetos a las mismas leyes, tenían días con el ánimo muy abajo, tenían tentaciones. Y algunos de ellos ofendieron mucho a Dios, anduvieron por senderos equivocados. Pero ellos se levantaron, fueron humildes, reconocieron sus errores. Y llegaron a la santidad, hicieron algunos de ellos cosas muy grandes por Dios; otros hicieron cosas más vulnerables pero las hicieron por amor a Dios y han llegado a la meta.
Quizá no tienes libros, ni penitencias, ni nada que te parezca de valor para dárselo a Cristo, pues dale tus pecados... Es decir, sé humilde y sincero. Busca en la dirección espiritual la ayuda que necesitas, expón tus miserias, pecados, dificultades...
Y dile al Señor: Señor, ahora en mi vida no hay nada de valor para Ti, no tengo más que errores y pecados y miserias y cosas sin acabar y propósitos sin cumplir y cosas tantas cosas que Tú conoces perfectamente; pero espero algún día ofrecerte algo que de verdad valga la pena.

No tienes derecho a quejarte porque tus luchas no han dado el fruto que esperabas. Ten paciencia así como Dios la tiene para escucharte y esperarte....

jueves, 1 de agosto de 2013

¿ Sobre qué estoy construyendo mi vida?

En el año de 1989 hubo un fuerte terremoto en San Francisco y, sorpréndente! las casas que más aguantaron no fueron las más bajas, sino los rascacielos, porque estaban preparados para los terremotos. Sin embargo las casas más antiguas, de poca altura, se vinieron abajo todas.
La vida es de alguna manera como la construcción de una casa; y hay que construir bien para que aguante lo que pueda venir: un terremoto o lo que sea. Porque a lo largo de la vida pueden ocurrirte muchas cosas.
Jesús en el Evangelio nos habla de algo muy parecido: dos hombres que construyeron su casa, uno sobre arena y otro sobre roca. El primero cuando vinieron las tempestades y las tormentas, vio cómo todo lo que había hecho hasta ese momento con gran esfuerzo y sudor se le venía abajo porque había construido sobre arena, sobre un fundamento frágil. Al segundo, que le costó lo mismo que el primero la construcción de la casa, vio como sus esfuerzos era compensados. Su casa aguantó; era menos bonita pero era resistente.
Construir sobre arena es más cómodo, pero a la larga es más incómodo, porque la vida es débil y no aguanta nada. Construir sobre rocas cuesta más esfuerzos;pero compensa. 
Hacer un edificio alto a prueba de terremotos es costoso, lleva tiempo, dinero y expertos.  Hacer un rascacielos de mala calidad solo fijándonos en lo exterior y no en el interior de la construcción es peligroso. Vivir sin una base firme: sin saber quién soy, de dónde vengo,a donde voy, etc... es algo triste y que genera inseguridad, desconfianza, amargura, desgracias.
Tú! como Cristiano, siendo hijo de Dios, No deberías vivir así. Piensa ahora que quizá el fundamento de tu vida, los cimientos No son muy resistentes.
¿Porqué hago yo las cosas? ¿que busco? ¿tengo objetivos y metas? ¿Lo que hago me lleva la felicidad y vida eterna? ¿ O me muevo por lo más fácil, por el quedar bien, por estar a gusto...?

El Señor nos lo dice bien claro: hay que construir sobre algo sólido.

Soy hijo de Dios! Mi Padre es Dios! Una persona que sabe esto tiene una resistencia mayor que otro no lo sabe, o que aún sabiendo no se comporta con coherencia.

Para Reflexionar:

¿Sobre qué estoy edificando mi vida? ¿sobre la vanidad de ser el mejor? ¿ sobre el placer? ¿sobre el quedar bien? ¿ por venganza e ira?

Y ahora sige tu hablando con Dios. Ya que esa es la parte más importante; cuéntale y escúchale.

Bendiciones.

viernes, 26 de julio de 2013

Generosidad

Hay mas promesas en la Biblia acerca del “dar” que sobre cualquier tipo de promesas, de hecho, Dios habla más acerca del “dar” que sobre el cielo y el infierno.
Porque? Porque Dios quiere que seamos como El.
Dios es un Dios generoso, de no ser por la generosidad de Dios, nosotros no podríamos tener nada, no podríamos siquiera tomar nuestro siguiente aliento de no ser por la generosidad de Dios, El quiere que aprendamos a ser generosos, es como si nos estuviera diciendo “quiero que aprendas a ser como Yo, soy generoso contigo y quiero que aprendas a ser como Yo, para ser generoso con los demás“.

Aquí tenemos una de estas promesas que Dios hace “2Co 9:6 Pero esto digo: el que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente (con bendiciones), abundantemente (con bendiciones) también segará. ” .
Conocemos este principio porque es verdad en cada área de nuestra vida, cualquier cosa que nosotros sembremos, eso cosecharemos:
Si acostumbramos juzgar, los demás nos juzgaran
Si criticamos todo el tiempo, los demás nos criticaran
Si hablamos de los demás, entonces ellos hablaran de nosotros
Cualquier cosa que demos, lo recibiremos de vuelta, como dice el viejo adagio “con la misma moneda que pagues te han de pagar”.
Por otra parte podemos sembrar lo positivo, si nosotros sembramos animo, afirmación, cariño, recibiremos de vuelta animo, afirmación y cariño, si sembramos amor, las personas van a sembrar amor en retorno a nosotros. Dios planeo el universo de esta forma.
Y siempre recibiremos en retorno más de lo que damos, Siempre!!
Si yo siembro una semilla en la tierra no voy a recibir una semilla en retorno, voy a recibir cientos de semillas de lo que haya sembrado, así que cualquier cosa que damos lo recibiremos de vuelta multiplicado en gran manera.
Porque? Porque Dios desea que aprendamos a ser generosos; Ahora, no estoy diciendo que si damos dinero a Dios El nos devolverá el doble, nosotros cosechamos lo que sembramos cuando damos generosamente, de todas formas seria posible que cosechemos una gran fe o cosechemos grandes recompensas en el cielo, generosidad invertida para la eternidad.
Tarde o temprano debo preguntarme a mi mismo si voy a confiar en estas promesas cuando Dios dice “Yo me haré cargo de todas tus necesidades si tan solo eres generoso”.
Dios sabe que el ser generoso es opuesto a la naturaleza humana, nuestra naturaleza es acumular, amontonar, amasar, para tomarlo todo para nosotros mismos. Y ser temerosos e inseguros, pensamos que no podemos darlo nada “debo conservarlo todo, de otra forma como cuidare de mi mismo?”.
Pero Jesús enseña que la vida no consiste en lo que consigues, es acerca de lo que das, y, por el dar, nuestra fe es fortalecida.
Tres lecciones acerca de la generosidad:
- Dios es la fuente de todo cuanto tenemos, de no ser por Dios no tendríamos nada, Dios nos creo y nos ha escogido para darnos todo cuanto tenemos, El puede tomarlo todo de nuevo o puede darnos mas aun, El es la fuente y lo que tenemos es un regalo.
- Dios no necesita nuestro dinero, El simplemente usa el dar (en cualquier sentido) como un medio para fortalecer nuestra fe, El nos enseña a no ser egoístas y confiar en El.
- Dios desea que seamos generosos, así podremos cumplir nuestro propósito.
“Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.” (2 Cor 9:8)

martes, 2 de julio de 2013

Si aun no has aceptado a Jesus en tu corazón , esta es tu oportunidad!!!!

         Recibe a Cristo como tu Salvador

Si aun no has entregado tu vida a Jesus y quieres empezar a caminar de su mano , lee este mensaje ,es de suma importancia!!!!!!!

Dios te ama tanto que lo demuestra por medio de su Hijo Jesucristo:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. 17Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. 18El que cree en El no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:16-18)
Dios está dispuesto a perdonarte de todos tus pecados:
“Venid ahora, y razonemos –dice el SEÑOR– aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, como blanca lana quedarán.” (Isaías 1:18)
“Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.” (1 Juan 1:9)
Cristo es el único camino para ser salvo:
Mateo 7:13-14 dice “Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y amplia es la senda que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. 14Porque estrecha es la puerta y angosta la senda que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”
En Juan 14:6 “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.”
La Biblia dice “que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo” (Romanos 10:9)
La invitación:
En Apocalipsis 3:20 Jesús dice “‘He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo.”
Ahora todo depende de qué decisión tomarás:
Por favor haz la siguiente oración para recibir a Cristo en tu corazón, y que tu nombre sea inscrito en el Libro de la Vida, y puedas así tener Vida Eterna por medio de Cristo Jesús:
Dios mio, reconozco que soy un pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Creo en mi corazón que Jesucristo es el Señor y que es tu Hijo amado. Reconozco que Cristo murió por mis pecados, y que Tu le resucitaste de entre los muertos. Yo abro las puertas de mi corazón y te recibo como mi Señor y mi Salvador, amén.
Si haz hecho esta oración y lo haz creído en tu corazón; tu nombre ya ha sido inscrito en El Libro de la Vida, y hay gran gozo en el cielo.
¿Qué hacer ahora?
Comienza a leer la Biblia, y pídele al Espíritu Santo de Dios que te de entendimiento para discernir Su Palabra. Si actualmente estás congregándote en una iglesia, sigue haciéndolo pero pídele a Dios que te muestre si debes permanecer ahí; de no ser así, El te mostrará la iglesia en la que debes congregarte.

jueves, 27 de junio de 2013

Cómo salvar a tu familia de la ruina y la destrucción

Cómo salvar a tu familia de la ruina y la destrucción
David Wilkerson
«Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1ª Pedro 5:8).
La Biblia nos dice claramente que en los últimos días, la iglesia de Jesucristo enfrenta la ira de un diablo rabioso. «… ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo» (Apocalipsis 12:12).
El diablo apunta su ira hacia las familias
¿Hacia dónde dirige el diablo su ira? Él está apuntando a familias tanto salvas como inconversas, por todo el mundo. Él esta rugiendo como un león voraz y echándose sobre los hogares para destruirlos. Está decidido a destruir matrimonios, distanciar a los hijos, poniendo a familiares uno contra otro. Y su meta es sencilla: quiere traer ruina y destrucción a cada hogar que pueda.
Jesús hizo referencia a esta obra demoníaca cuando describió a Satanás, diciendo: «Él ha sido homicida desde el principio…» (Juan 8:44). Efectivamente, vemos el plan destructivo del diablo contra la primera familia. Fue el diablo quien entró en Caín y lo convenció para que matase a su hermano, Abel.

Y este homicida aún esta obrando. Los últimos años revelan esto de manera horrenda. Hace cuatro años, el diablo tomó control de dos muchachos en Colorado y los llevó a una rugiente destrucción. Cuando los dos muchachos entraron en la escuela superior de Columbine en una matanza infernal, el mundo quedo atónito. Mataron a una muchacha mientras ella estaba arrodillada orando, una muchacha que ellos conocían y respetaban. ¿Quién sino Satanás mismo pudo haberlos llevado a hacer esto?
Pienso en la ruina que cayó sobre las familias de las víctimas y de los homicidas. Ha habido suicidios, desórdenes mentales, divorcios, hermanos traumatizados. La destrucción de ese incidente aún retumba más allá de lo creíble. Y los padres y amigos de todos los involucrados llorarán toda una vida.
Un año después, Kathleen Hagen, una pionera en la rama de urología, educada en Harvard, entró a la habitación de sus ancianos padres mientras dormían en Chatham, Nueva Jersey, y los asfixió con la almohada. Su padre tenía 92 y su madre 86 años. Luego Hagen vivió en la casa por varios días, ignorando los cuerpos muertos en el aposento. Cuando fue arrestada, su apariencia era confusa y desaliñada. Pero no mostraba remordimientos por lo que había hecho. Los psicólogos no sabían cómo explicar por qué una mujer tan bien educada pudo asfixiar a sus padres y luego seguir su vida como si todo fuera normal.
Piensa en la devastación que nunca fue mencionada en esta horrible historia criminal. El dolor de los miembros de la familia, la angustia de los nietos –qué horrible ruina y destrucción. ¿Quién sino Satanás pudo haber llevado a una mujer respetada a matar a sus padres, por ninguna razón aparente?
Hace varios años atrás, el ‘New York Times’ escribió un reportaje inquietante: «Padres desanimados entregan a sus hijos». El artículo contaba de padres frustrados apareciendo por docenas en el sexto piso de la corte de Manhattan, para entregar a sus hijos a la adopción voluntariamente. Simplemente, ellos no podían controlarlos. Un padre no podía manejar a su hijo adolescente después que la madre murió. Otro padre entregó a su hija adolescente porque estaba viviendo salvajemente, totalmente fuera de control. Los oficiales de la corte que escucharon estos casos estaban desconcertados. Un juez le preguntó a una madre que había llevado a su hija: «¿No la quieres? ¿No te gustaría llevártela a casa?». La madre, cansada, movía la cabeza que no. La jovencita irrumpió en sollozos incontrolables.
El artículo señalaba que las familias se estaban separando a gran velocidad. La Corte Familiar de Nueva York estaba abrumada con los casos. Muchos de los niños puestos en hogares para posible adopción pronto caían en peor condición. Algunos de ellos terminaron huyendo y viviendo en las calles.
Especialmente impresionante fue otra historia en las noticias, contando de una nueva raza de drogadictos. El titular decía: «Niños usando drogas en casa con sus padres». Evidentemente, el 30% de los adictos hoy dicen que se enviciaron en casa con sus padres, quienes los introdujeron a las drogas. ¿Cómo puede suceder tal cosa?
Estos padres usaron drogas en su adolescencia. Entonces más tarde, cuando sus hijos llegaron a la adolescencia, los padres pensaron: «Nosotros usamos drogas, pero sobrevivimos. Y estamos bien hoy. Es mejor para nuestros hijos que usen drogas en casa en vez de las calles. Y es mejor para ellos que aprendan de nosotros a manejar las drogas que de sus amigos inexpertos». Así que enseñaron a sus hijos cómo fumar marihuana, sorber cocaína y usar agujas. De esta manera, razonaron ellos, podían controlar el uso de drogas de sus hijos.
Pero llegó el día de paga. Sus hijos se enviciaron y sus vidas se descontrolaron. Muchos han abandonado el hogar y viven en las calles. Están enojados con sus padres, desilusionados por su horrible consejo. Y están desalentados por la sociedad, sin futuro. Ahora los padres están descorazonados, llenos de culpabilidad, llorando lágrimas que llegan demasiado tarde. Te pregunto: ¿Cómo puede cualquier padre tomar una decisión tan necia? Ellos llevaron ruina sobre su propia familia. ¿Quién sino Satanás pudo cegar sus ojos?
Las tragedias que plagan las familias hoy están más allá de lo creíble. Y los ejemplos que mencioné son sólo aquellos que están sucediendo en Estados Unidos. Por todo el resto del mundo, un diablo rabioso está haciendo estragos. Y no se detendrá hasta que devore cada familia a su paso.

Muchas familias de creyentes han sido sacudidas por caos, tristeza y dolor. Y la devastación demoníaca ha llegado de muchas maneras: a través del divorcio, hijos rebeldes, adicciones de todas clases. Pero el resultado siempre es el mismo: una familia que antes fue feliz es separada y devorada.
Observé esto de primera mano por más de cuarenta años, cómo adictos y alcohólicos venían por ayuda a nuestros centros y fincas para drogadictos y alcohólicos. Era un gozo ver a estos hombres y mujeres devastados, maravillosamente salvados y librados de su atadura. Jesús los cambiaba sobrenaturalmente y los hacía nuevas criaturas.
Una de las señales más seguras de una conversión genuina era cuando un joven o una mujer comenzaban a mirar atrás y ver lo que el diablo les había robado. Sollozaban mientras abrazaban una foto de su cónyuge, de su criatura, o de sus padres. Como adictos, no les había importado perder a su familia; su única preocupación fue el alcohol o las drogas. Pero ahora lloraban grandes lágrimas por lo que habían perdido. Señalaban la foto y decían: «Pastor David, esa es mi esposa. Ella me amaba y yo a ella. Y este es mi hijo. Pero ahora no sé dónde están. Mire lo que perdí...».
Era trágico, devastador. En tales momentos, te das cuenta del poder destructivo de Satanás sobre estas familias. Efectivamente, la tragedia más grande nunca fue por los cuerpos devastados de los adictos, su apariencia demacrada o su expresión vacía. Más bien, era lo que se les había robado: un cónyuge, un hijo, un futuro. Peor aún era lo que fue robado de los hijos de los adictos: una oportunidad de crecer en un hogar santo, conocer el amor de Jesús, ser amado y cuidado por padres amorosos, ser enseñados, por ejemplo, cómo vivir para el Señor.
Afortunadamente, muchos de estos antiguos adictos fueron bendecidos por Dios con sus familias restauradas. O en algunos casos, encontraron una nueva familia en sus compañeros de ministerio. Pero aún gimo con ellos por la destrucción que han visto.
La única esperanza es Jesús
Ahora, permíteme regresar al título de mi mensaje: «Cómo salvar a tu familia de la ruina y la destrucción». Esto es lo que el Espíritu Santo me ha revelado sobre este asunto:
Llega el momento cuando ciertas situaciones de la vida están más allá de cualquier esperanza humana. No hay consejo, ni doctor o medicina, o cualquier otra cosa que pueda ayudar. La situación se hace imposible. Y requiere un milagro; si no, terminará en devastación.
En tales tiempos, la única esperanza es que alguien se allegue a Jesús. Alguien tiene que poner su oído, su atención. No importa quién sea, padre, madre o hijo. Esa persona tiene que tomar la responsabilidad de echar mano de Jesús. Y él tiene que decidir: «No me voy hasta que oiga del Señor. Él tiene que decirme: ‘Está hecho; ahora sigue tu camino’».
En el Evangelio de Juan, encontramos tal crisis familiar: «…Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo» (Juan 4:46). Esta era una familia de distinción, quizás hasta de la realeza. Un espíritu de muerte pendía sobre el hogar, mientras los padres cuidaban a su hijo moribundo. Puede que haya habido otros miembros de la familia en el hogar, quizás tías y tíos, o abuelos, u otros hijos. Y nos dice que toda la casa creyó, incluyendo a los sirvientes: «…Y creyó el (el padre) con toda su casa» (4:53).
Alguien en esa familia en conflicto sabía quién era Jesús y había oído de su poder milagroso. Y de alguna manera, llegó la voz al hogar, que Cristo estaba en Canaán, como a 40 kms de distancia. Desesperado, el padre se encargó de acercarse al Señor. Las Escrituras nos dicen: «Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él…» (4:47).
A través de los años, decenas de madres en nuestra iglesia se nos han acercado llorando por su asolada familia. Quizás el esposo había abandonado la familia, o un hijo estaba en la prisión, o una hija se estaba prostituyendo para mantener su vicio a las drogas. A menudo, la madre es la última esperanza que la familia tiene para acercarse a Jesús. Así que ella toma la responsabilidad para interceder y ella ha decidido orar hasta que el Señor traiga liberación. Ella compromete a otros a orar con ella, diciendo: «Está más allá de toda esperanza. Necesitamos un milagro».
El noble, en Juan 4, tuvo esa clase de determinación y logró acercarse a Jesús. La Biblia dice que él «le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir» (4:47). ¡Qué imagen maravillosa de la intercesión! Este hombre hizo todo a un lado para buscar al Señor para que le diera una palabra.
Mas Cristo le respondió: «Si no viereis señales y prodigios, no creeréis» (4:48) ¿Qué quiso decir Jesús con esto? Él le estaba diciendo al noble que una liberación milagrosa no era su necesidad más apremiante. En lugar de eso, el asunto número uno era la fe de ese hombre. Piénselo: Cristo pudo haber entrado a la casa de esa familia, puesto sus manos sobre el hijo moribundo y sanarlo. Sin embargo, todo lo que esta familia sabría de Jesús es que él obra milagros.
Cristo deseaba más para este hombre y su familia. Él quería que ellos supieran que él era Dios encarnado. Así que le dijo al noble, en esencia: «¿Crees que es a Dios a quien ruegas por esta necesidad? ¿Crees que soy el Cristo, el Salvador del mundo?». El noble contestó: «Señor, desciende antes que mi hijo muera» (4:49). En ese momento, Jesús vio fe en este hombre. Es como si Jesús dijera: «Él cree que soy Dios encarnado». Porque luego leemos: «Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive...» (4:50).
Tristemente, muchos creyentes siguen su camino antes de escuchar a Jesús. Pero este hombre se alejó en fe. ¿Cuál fue la diferencia? Él recibió una palabra del Señor. Él había rogado a Dios y esperó en él en fe. Y él no se fue hasta que recibió la promesa de vida. «Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue» (4:50).
La iglesia de Jesucristo debe estar ocupada ganando almas, y la mayoría de los cristianos son fieles haciendo esto. Oramos por las naciones perdidas, por avivamiento en nuestras ciudades y por nuestros vecinos inconversos. Doy gracias a Dios que su pueblo está haciendo este vital trabajo.
Pero, déjame preguntarte: ¿Quién esta orando fielmente por tu padre, madre, hermana, hermano, primo/a, abuelos inconversos? La oración por nuestros seres queridos debe ser de mayor importancia en nuestras vidas. Después de todo, la responsabilidad por tal oración descansa sobre aquellos que tienen el oído del Señor, que están lo suficientemente cerca de él para hacer tales pedidos. Ahora, si ese no eres tú, ¿entonces quién? ¿Quién orará fervientemente por la salvación de tu familia, si tú no lo haces?
Quizás piensas: «He testificado a mi familia por años. He vivido mi testimonio ante ellos fielmente. Ellos conocen mis convicciones. Sólo tengo que entregárselos a Jesús ahora». Es cierto que necesitamos entregar a nuestros seres amados al ministerio de convicción del Espíritu Santo, pero confiar en el Espíritu no significa que abandonemos la oración urgente por nuestra familia. Si dejamos de interceder por ellos estamos diciendo, en efecto: «No hay esperanza».
Confiar en el Señor significa hacer lo opuesto. Si realmente creemos en él para su salvación y liberación, rogaremos como hizo el noble: «Por favor, Jesús, ven ahora. Actúa rápidamente, antes que mi ser amado se pierda para siempre». Sólo una oración agresiva y ferviente puede combatir los dardos destructivos de Satanás para arruinar nuestra familia. Oraciones a medias no derribarán las fortalezas. Tenemos que ser sacudidos de nuestras propias preocupaciones y ponernos en serio con la oración. Y tenemos que quedarnos cerca de Jesús hasta que llegue su palabra.
Cuando los hijos se deslizan
Cuando Cristo estaba en las costas de Tiro y Sidón, «…una mujer cananea que había salido…clamaba diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio» (Mateo 15:22). Satanás se había mudado al hogar de esta mujer y tomó posesión de su hija. La palabra para ‘gravemente’ aquí viene de la raíz que significa depravada. En resumen, la muchacha era vil, mala, manejada por Satanás.
Ahora bien, ésta no era una mala madre. Aunque ella era gentil, ella creía. Después de todo, se dirigió a Jesús como «Señor, Hijo de David». En efecto, ella esta diciendo: «Tú eres el Salvador, el Mesías de Dios». En este momento, viene la pregunta: ¿Cómo puede Satanás tener acceso a la hija de un creyente? ¿Cómo puede el tomar posesión de niños que viven en un hogar santo?
Quizás tú eres un padre cristiano. Has criado a tu hijo en la iglesia y has hecho lo mejor para mostrarle el buen camino. Pero ahora, después de años asistiendo a la escuela dominical y escuchando sermones ungidos en la iglesia, se ha puesto frío e indiferente a las cosas de Dios. Le importa un bledo servirle a Jesús. Y te preguntas: «Señor, ¿cómo pudo suceder esto?».
A través de los años, he visto que esto les ha pasado a muchos hijos de ministros. Gran cantidad de estos jóvenes han entrado a nuestros centros de drogas ‘Desafío Juvenil’ después de estar fuera de control con las adicciones. Fueron criados en hogares santos, pero de alguna manera tomaron el mal camino. Sus vidas comenzaron a ser manejadas por poderes demoníacos, y llegaron a ser adictos a drogas, alcohol, pornografía y prostitución.
Mientras lees esto, puedes estar tomando un suspiro de alivio, pensando: «Gracias a Dios, que no es mi hijo o mi hija. Tengo buenos muchachos. Tuve cuidado de criarlos en el temor y conocimiento del Señor. Ellos conocen el camino correcto. Puede que no estén ardiendo por Jesús, pero por lo menos no están usando drogas».
Tales padres tienen derecho a ser agradecidos. Sin embargo, nunca temen que su hijo esté tibio hacia Jesús. Según el Señor mismo, estar tibio es una condición tan terrible como estar oprimido por demonios. Cuando Cristo advirtió: «Te vomitaré de mi boca», él no se estaba dirigiendo a drogadictos. Él estaba hablando a creyentes tibios en su iglesia (ver Apocalipsis 2-3). Jesús sabe que un espíritu de tibieza puede adormecer a cualquier creyente en tentaciones demoníacas infernales.
Tus hijos pueden ser amables, educados, y bien comportados. Ellos pueden alejarse de la mala compañía, respetar a los mayores y ser rectos moralmente. Pero si no son sinceros en su amor por Jesús –si están vagando espiritualmente– están en peligro. Ves, cualquier niño que es criado en un hogar de creyentes ya es el primer blanco de Satanás. El diablo persigue a aquellas familias que son más fervientes en su amor por Jesús. Pero ahora la tibieza del hijo ha facilitado el trabajo del enemigo. Él se deleitará al ver cuán fácil es atrapar a tu hijo o hija en una atadura de pecado.
Hasta los cristianos más devotos –incluyendo a ministros– pueden estar cegados por la trampa que Satanás ha tendido para sus hijos espiritualmente pasivos. El enemigo está buscando constantemente cómo apagar la menor chispa de vida espiritual que hay en ellos. Te ruego, padre cristiano: no permitas que el diablo llegue a tu hijo. Ponte sobre tu rostro diariamente y rodea a tu joven con intercesión. Dios te ha dado el poder para sacudirlo de su estado de tibieza.
Un testimonio personal
Cuando mis hijos eran adolescentes, pensé que simplemente podía amarlos y así hacerlos entrar al reino de Dios. Me dije: «Estaré disponible para mis hijos. Seré un amigo para ellos. Sólo necesito estar disponible para ellos, para que puedan comunicarme sus necesidades».
Entonces un día, mi hijo mayor, Gary, llegó llorando de la escuela. Fue directamente a su habitación y se tiró sobre la cama. Cuando le pregunté qué pasaba, contestó: «Papá, no creo que haya un Dios. Es todo un mito».
Supe entonces que todo el amor del mundo no podía resolver este tipo de ataque satánico. Y simplemente comunicarme con mi hijo no iba a solucionar el problema. No pude decirme a mí mismo: «Esto es sólo una mala etapa; se le pasará. Él es un buen muchacho; y él sabe que lo amo».
No, tuve que afrontar lo que estaba sucediendo ante mí: Satanás estaba tratando de robarle a mi hijo su fe genuina y ferviente. Yo vi a Gary entregarle su vida a Jesús a los cinco años y yo sabía que su fe era preciosa. Ahora el enemigo quería esa fe. Y estaba tratando de usar duda e incredulidad para destruirla. Efectivamente, Satanás estaba apuntando al mismo nervio central de nuestra familia: nuestra confianza en Jesús.
Yo sabía que sólo tenía una opción. Fui a mi cuarto de oración; y cerré la puerta detrás de mí, me puse sobre mi rostro, y me acomodé para la batalla. Determiné: «Satanás, no vas a tener a mi hijo». Desde ese día en adelante, clamaba al Señor a nombre de Gary. Yo rogaba: «Señor, guarda a mi muchacho del maligno».
El cambio que finalmente tomó lugar en Gary no sucedió de la noche a la mañana, o dentro de una semana, ni aun meses. Él siguió luchando con la confusión; pero llegó el momento cuando la confianza de Gary en Jesús fue restaurada. Y si has leído mis mensajes por algún tiempo, sabes que Gary ha servido en el ministerio a tiempo completo desde su adolescencia. Él es un devoto amante de Jesús. Y en este último año, tengo el privilegio de predicar a su lado en reuniones de otros ministros.
Cada uno de mis otros tres hijos tuvo sus propias pruebas de fe. Pero como sucedió con Gary, el Señor ha sido fiel para darles la victoria a Debbie, Bonnie y Greg también. Como su hermano, ellos también llegaron a ser piadosos amantes de Jesús y siervos en el ministerio. Aun así, mi intercesión por mi familia nunca se ha detenido. Ahora mi esposa, Gwen y yo nos unimos en oración a nuestros hijos adultos por nuestros diez nietos.
Una mujer que persistió en pedir
La mujer con la hija enferma persistió en buscar a Jesús. Finalmente, los discípulos le rogaron al maestro: «Señor, despídela, salgamos de ella. No deja de molestarnos». Fíjate cómo responde Jesús a las plegarias de la mujer: «Pero Jesús no le respondió palabra» (Mateo 15:23). Evidentemente, Cristo ignoró toda la situación. ¿Por qué haría esto? Sabemos que nuestro Señor nunca ha hecho oído sordo al clamor de cualquier buscador sincero.
El hecho es que Jesús sabía que la historia de esta mujer le sería contada a cada generación futura. Y él quiso revelar una verdad a todo aquel que la leyera. Así que él probó la tenacidad de la fe de esta mujer. Cuando finalmente le habló, él dijo: «No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel» (15:24). Cristo estaba diciendo, en resumen: «Yo vine para salvación de los judíos. ¿Por qué debiera malgastar mi evangelio en un gentil?».
Ahora, esta declaración hubiera alejado a muchos de nosotros. Pero la mujer no se movía; la condición de su hija era un asunto de vida o muerte para ella. Y ella no le iba a dar descanso a Jesús hasta que le diera lo que ella necesitaba.
Te pregunto: ¿Cuántas veces te das por vencido en la oración? ¿Cuántas veces te has cansado y razonaste: «He buscado al Señor. He orado y pedido. ¿Y obtuve resultados?». Bueno, ¿era un asunto de vida o muerte para ti? ¿Realmente buscaste al Señor con todo tu corazón, alma, mente y fuerza, sabiendo que no había otro recurso?
Considera cómo respondió esta mujer. Ella no respondió con una queja, o un dedo acusador, diciendo: «¿Por qué me lo niegas, Jesús?» No, la Escritura dice lo contrario: «Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme!» (15:25).
Lo que sigue es difícil de leer. Una vez más, Jesús rechaza a la mujer. Sólo que esta vez su respuesta es aun más severa. Él le dijo: «No está bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos» (15:26).

Es importante para nosotros entender que los creyentes judíos de ese tiempo consideraban a los gentiles menos que los perros a los ojos de Dios. Por supuesto, Jesús no aceptaba esto; él no lanzaría una difamación racial a ninguna criatura del Padre Creador. Pero él sabía que esa mujer estaba enterada de la actitud de los judíos hacia los gentiles. Y, una vez más, él la estaba probando.
Ahora la madre le contesta: «Sí, Señor; pero aun los perrillos comen de la migajas que caen de las mesas de sus amos» (15:27). ¡Qué increíble respuesta! Esta mujer decidida no iba a ceder en su persecución de Jesús; y el Señor la elogia por eso. Jesús le dijo a la mujer: «Oh mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieras. Y su hija fue sanada desde aquella hora» (15:28).
Amados, no debemos conformarnos con migajas. Nos han prometido toda la gracia y misericordia que necesitamos para nuestras crisis. Y eso incluye cada crisis que concierne a nuestras familias, salvas o no. Somos invitados para entrar audazmente al trono de Cristo, con confianza. Y debemos presentarle cada necesidad, sea un padre incrédulo o un hijo rebelde. Puede ser que no veamos a cada ser amado ponerse bien con el Señor o cambiar su vida; pero podemos erigir grandes murallas a su alrededor, para detener su carrera al infierno. Podemos pedir convicción sobre ellos y levantar muros de protección alrededor de ellos. También podemos orar por personas en sus vidas que les testifiquen.
Pero, hay una cosa que puedo asegurarte: estas cosas no sucederán si simplemente los entregamos a su suerte. Puede que tratemos de convencernos: «Sólo tengo que tomar el asunto en fe, ahora». Pero eso es una falsa coartada. Todo lo que hace es librarnos de derramar nuestro sudor espiritual y lucha en intercesión por las almas de nuestros seres queridos.
Te insto, haz ésta tu oración: «Señor, si uno de los míos se pierde, no será porque no ore. No será porque tome por sentado la obra del Espíritu en sus vidas. Y no será porque no llore sobre ellos. Pase lo que pase, voy a luchar en intercesión por ellos, hasta que uno de nosotros regrese a casa a estar contigo».

domingo, 2 de junio de 2013

El Consuelo de Dios

TRISTEZA y ANGUSTIA:
Dos reacciones emocionales instintivas, que si no se controlan, te pueden llevar a ESTADOS DEPRESIVOS profundos.

La primera REACCION NATURAL para combatir los estados depresivos, es el de buscar apoyo y compañia humana, pero eso no lo es todo; es necesario tambien buscar el apoyo y la fortaleza que unicamente Dios es capaz de dar...
Ante la TRISTEZA y ANGUSTIA que tanta ansiedad te produce, es vital que te desahogues ante Dios por medio de la oracion...
No tienes otra alternativa...
El apostol Pedro escribe lo siguiente:

Echando toda vuestra ansiedad sobre el, porque el tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:7

Necesitas consolarte y fortalecerte en Dios, pues las situaciones que te causan estos estados de animo, van mas alla de la ayuda que pueden ofrecerte las personas…
Entiendelo bien, necesitas el CONSUELO DIRECTO de Dios...

¿Que resultado obtendras?
Una PAZ a prueba de BALAS, aunque TODO lo tengas en contra...
Comprobaras que nada te perturbara, porque sabras que todo cuanto te acontezca estara encajado dentro de los propositos sabios de Dios; y que ademas tendras siempre su asistencia OPORTUNA, INESPERADA y MILAGROSA...

He aqui la palabra de Dios que estas necesitando ahora:

Por nada esteis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oracion y ruego, con accion de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesus.
Filipenses 4:6-7

sábado, 1 de junio de 2013

Palabras de Aliento

Si te dijese que en mi casa tengo una valija con dinero que es para tí y que sólo debes pasar a buscarla, ¿cuánto tardarías en llegar?
Dios nos ha hecho fieles y grandísimas promesas, mucho más importantes de las que pudiéramos imaginarnos; debemos creerlas y hacerlas nuestras por medio de la fe. Dios es el creador de todo cuanto existe, y El nos ha nombrado herederos de sus riquezas.
Quiero mostrarte, a la luz de la Palabra de Dios, cuáles son los planes del Señor para cada uno de nosotros. Agiganta tus expectativas ya que grandes cosas se avecinan. Todavía debes conocer lo que Dios quiere y puede hacer contigo. A veces, en medio de las luchas y los desánimos, es difícil aceptar que Cristo está a favor de nuestra vida; sin embargo tengo gratas noticias. Es Dios quien dice: hay un renuevo para tu vida.
Estás a las puertas de años donde cada cosa irá en un sentido de crecimiento y bien para cada hijo de Dios. Es hora de volvernos a Dios, corregir lo que haga falta. El está deseoso de renovarnos. Qué hermoso es sabernos amados por el Padre, y conocer que Jesucristo quiere redoblar su "inversión" en nosotros.
Pobre de aquel que no tiene fe ni esperanza; que desgracia inmensa estar dormido respecto de los beneficios de la vida en Cristo! Pero tú has despertado a la vida de la fe, y esto te hace beneficiario de una sobrepaga especial. Dios quiere llenarte de bienes y misericordia. Por mucho que hayas errado, el perdón de Dios está vigente para tí, y también un renuevo en todas las áreas de tu vida.
El Señor es el "gran restaurador" y El desea mantenernos en una constante novedad de vida que no sólo le agrada a Dios, sino que nos hace sentir plenos, felices y satisfechos.
Acorde al significado que nos aporta el diccionario, podemos asegurar que "renuevo" o "renovación" es la acción de llevar a nuevo un objeto; volverlo a su estado inicial, hacerlo de nuevo, acondicionarlo conforme al modelo original. La Biblia nos dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2ª Corintios 5:17)
Allí vamos, a la renovación completa de nuestro ser; espíritu, alma y cuerpo.
Ruego a Dios que bendiga tu vida y te proyectes a una vida de triunfo y hazañas gloriosas en Cristo Jesús.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Dios te ama, aunque no lo creas.

Si! Dios te ama, aunque no lo creas.

     Uno de los versículos centrales de la Biblia y por ende base de la fe cristiana, es Juan 3.16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Esta es una preciosa afirmación hecha por el Apóstol Juan y revela la razón de Dios Padre al enviar a su Hijo por nosotros.
     Hoy reconozco que muchas veces al leer este versículo no capté la magnitud del mensaje, no capté su esencia. Hasta que ví que entre las letras que conforman la palabra mundo se escondía mi nombre. Fue ahí que entendí que el amor que llevó a Dios Padre a enviar a su Hijo unigénito es un amor personal.
     Bien podríamos escribir el versículo de esta manera “Porque de tal manera me amó Dios, que dio a su Hijo unigénito, para que creyendo en El, no me pierda, mas tenga vida eterna” (cursivas y subrayado añadidos míos). Fue como si el versículo hubiese saltado de la Biblia a mis ojos, como si hubiese tomado vida.
...me amó Dios. Pero ¿Cómo es eso que Dios me ama? Y ¿Por qué? No es fácil responder a estas preguntas, pero podríamos empezar por aceptar la inmutable verdad de que Dios nos ama. Dios nos ama a cada uno de nosotros, pero no de manera general sino de manera individual. Si! Dios te ama, lo creas o no. Es fácil decir esto pero es dificil asimilarlo, sin embargo todos relacionamos a Dios con el amor. Decimos “Dios es amor” y razón tenemos, pues esta es una de las características de Dios. El amor de Dios no tiene un motivo o una razón específica, no tiene un principio determinado, no puede ser influenciado, no te lo puedes ganar, no tiene fin, simplemente es. Dios te ama.
     Muy a pesar de esta realidad nos enfrentamos a menudo con la duda, con la idea de que tal vez Dios no me ama. O tal vez estamos completamente seguros de que Dios nos ama y sin embargo algo nos roba la seguridad que tal afirmación tiene. Puede que una parte de nosotros no este tan segura y nos este impidiendo disfrutar plenamente lo que significa saberse amado por Dios.
     Tal vez las siguientes preguntas nos pueden ayudar un poco a reflexionar en esto. Por favor, tomate un tiempo antes de responderte estas preguntas y pidele a Dios que guie tus pensamientos a traves de su Espíritu Santo. Es mi deseo que el Señor te bendiga para que sigas creciendo en el conociemiento de su Palabra, en el conocimiento de su verdad.
¿Crées que Dios te ama?
¿Éres conciente de esa realidad?
¿Has dudado que Dios te ama?
¿Te sientes amado por Dios?
¿Puedes ver el amor de Dios en tu vida?
     Si dices que Dios te ama, ¿Crées que te ama mucho? ¿Poquito? ¿A veces? ¿Nada? Pues Jesús no dió un poquito de su sangre ni tampoco mucha, la dió toda. ¿Sabes porqué lo hizo? ¿Sabes porque Jesús fue obediente hasta la muerte y muerte de cruz? Para reconciliarte con Dios, para salvarte. Pero ¿porqué? Y la pregunta no tiene como fin buscar el porque necesitabas reconciliarte con Dios, no va dirigida a saber de que te salvó tu Dios sino el porque lo hizo. En la Biblia NO se nos dice que los hombres le pidieron un plan de salvación a Dios y mucho menos que fuera gratis. No hubo un hombre que intercediera por la humanidad ante Dios pidiendole un plan de salvación, como en su tiempo lo hizó Abraham pidiendo por la salvación de Sodoma y Gomorra (Génesis 18.20-33). No fue que Dios le dijo al Espíritu Santo “Espíritu Santo a que no te imaginas lo que me acaba de pedir Pépe el andaluz, me ha pedido un plan de salvación para toda la humanidad, me ayudas a convencer a Jesús para que vaya?”. Esto NO fue idea del hombre.
¿Cuál fue el motivo que llevó a Dios a idear un plan de salvación para ti? Un plan en el cual utilizó una cantidad incontable de personas, entre ellos profetas, reyes y pescadores, hombres y mujeres. Un plan el cual aun es predicado hoy en día (y gracias a Dios por esto), un plan por el cual muchos murieron por atreverse a proclamar.
     Amigos, no puedo pretender explicar lo que yo mismo no entiendo. Sólo se que el amor de Dios por mí y por tí es real. El amor de Dios se hizo carne y habitó en medio de los hombres. No hay demostración mas grande de amor que el de aquel que da su vida por sus amigos (Juan 15.13). Jesús dejó su trono, bajó a la tierra, habitó entre nosotros y dió su vida para reconciliarnos con Dios (Filipenses 2.5-8). Esta es pues la confirmación del amor de tu Padre Celestial. Dios ha dado todo por ti, hasta a su único Hijo y nada hay que El no haría por ti (Romanos 8.31-32).
     No permitas pues Amigo que la duda eche raíces en tu corazón, no permitas que pensamientos que son contrarios a los de Dios influyan en tu mente, no permitas que el diablo o el mundo te roben la seguridad que tienes en Cristo y todo lo que esto significa. Dios te cuida, te abraza, te canta, te ama, te consuela, te esfuerza, te sostiene, es tu escudo y tu lanza, tu roca fuerte, tu fortaleza. Es tu Padre Celestial que desde el vientre te conoció, te ha visto llorar y reir, te puso nombre y nada ni nadie podrá arrancarte de sus manos pues suyo eres.
Gracias Señor porque a pesar de que nos conoces nos amas...

Por Carlos Pérez